Submarino C4 Su trágico final

El 23 de diciembre, una vez reparado, salió a la mar para efectuar pruebas de mar. Durante éstas el submarino varó, lo que originó una serie de escritos que hacían referencia a la incompetencia de su mando actual, el comandante ruso, G.I. Kuzmin (Víctor Nicolás)

Así pues, se tomó la decisión de reintegrar el mando a un oficial español. Con fecha de 27 de diciembre el Ministro de Defensa envió un telegrama al jefe de la Flota en los siguientes términos: “Nombre provisionalmente Comandante del C-4 al Alférez de Navío Sebastián Gallo”.

En su primera salida, ya con mando español, sufrió una rotura del eje de la bomba de aceite, que le obliga a regresar a puerto, saliendo de nuevo a pruebas el 9 de enero de 1939 y esta vez sin novedad. El día 10 tomó el mando el Teniente de Navío Eugenio Calderón Martínez, partiendo a continuación a una patrulla de vigilancia entre el cabo Tortosa y Barcelona, regresando a Cartagena el día 14. A partir de este día su actividad se reduce a un par de salidas en el mes de febrero de apenas algunas horas.

El 5 de marzo Cartagena se halla inmersa en los sangrientos acontecimientos que sucedieron al golpe de estado contra Negrín. A primeras horas de la mañana, los buques surtos en la dársena de Cartagena sufren un intenso bombardeo aéreo de la aviación nacional. Los dos únicos submarinos que se encontraban operativos, el C-2 y el C-4, no sufrieron daños. Después del bombardeo y ya con la ciudad controlada por los sublevados, la flota es conminada por el general Barrionuevo a abandonar el puerto en un plazo de 15 minutos, bajo la amenaza de ser hundidas por las baterías de costa. La flota recibe la orden de hacerse a la mar con rumbo a Argel. El C-4 zarpa a las 12:00 horas, y ya en mar abierto, la flota recibe un mensaje de las autoridades francesas negando la entrada en Argel, dándoles la posibilidad de dirigirse a Túnez, al puerto de Bizerta. Ante este ofrecimiento, la flota se dirige allí, donde arriban el 7 de marzo.

 

Submarino C-4

Al día siguiente se solicita el asilo político, quedando internado el submarino, bajo la custodia de cinco tripulantes españoles. El resto de la dotación es conducida a un campo de concentración en la localidad de Meheri Zabbens. El comandante fue el único que solicitó ser repatriado a España.

El 31 de marzo de 1939 llegó a Bizerta a bordo de los transportes Mallorca y Marqués de Comillas el personal que debería hacerse cargo de los buques internados. Se hizo cargo de la comandancia del C-4 el Teniente de Navío Juan García.

Ya finalizada la Guerra Civil, el 2 de abril, tan sólo 24 horas después de darse oficialmente por concluida la contienda civil, los buques que lucharon por la republica, entre los que se encontraba él C4, se hacen a la mar con rumbo hacia el puerto de Cádiz, donde llegan a últimas horas del día 5

Por Orden de 6 de mayo de 1939 él C4 pasa a segunda situación, con fecha retroactiva desde el 1 de abril. Dado que su estado general era relativamente bueno, por Orden de 12 de mayo se le pasa a tercera situación, causando alta en la Armada.

El 3 de octubre de 1939 se nombra comandante, al Capitán de corbeta Joaquín Cervera Cervera. La actividad de la Armada en esa época quedo reducida al mínimo, tanto por que había poco dinero para maniobras, como por estar en pleno desarrollo la Segunda Guerra Mundial, así que los días transcurrían atracados en la base, efectuando mantenimientos de rutina.

El día 28 de julio de 1942 es nombrado nuevo comandante el Capitán de corbeta Manuel Castañeda Barca, que habría de ser el comandante más duradero de todos cuantos tuvo el submarino en sus casi 17 años de vida activa, ostentando el mando durante casi cuatro años

El 27 de junio de 1946 en el transcurso de unas maniobras, la flotilla de submarinos, compuesta por él C2, él C4 y el General Sanjurjo, zarpó de la Estación Naval de Sóller, haciendo los tres inmersión en las proximidades de la bocana para efectuar trimado. A continuación hicieron superficie para dirigirse a un punto situado a 15 millas de cabo Gros, desplegándose una vez allí en formación, de triángulo equilátero de 10 millas de lado.

 

A las once y media, los tres submarinos emprendieron la marcha a 7 nudos de velocidad, cambiando de rumbo cada sesenta minutos. A las 11:43 él C2, avista a los destructores Alcalá Galiano, Churruca y Lepanto y después de transmitir el mensaje de avistamiento a los otros submarinos, hizo inmersión.

El C2 fue el primero en atacar y a las 13:11 horas hizo superficie a 22 millas del faro de Cabo Gros y, dirigiéndose al puerto de Sóller, esperando ver salir a flote poco después al C-4 y al General Sanjurjo Pero a las 13:55 la tripulación del destructor Lepanto, último buque de la formación en línea, contempló atónita cómo soplaba lastres y emergía a su amura de babor, y a tan escasos metros de él que le fue imposible reaccionar, el submarino C-4

El “Lepanto” impacto con su roda en la zona comprendida entre el cañón de proa y la torreta, a una velocidad de 14 nudos y teniendo en cuenta que el submarino le mostró el través, más que producirle una brecha, casi lo partió en dos. Cuando empezó su búsqueda se avistaron trozos de corcho pintados, del revestimiento interior de la cámara de oficiales, así como algunos trozos de madera de caoba y media silleta de las utilizadas en la citada cámara.

La situación geográfica del accidente, fue a 13 millas del Morro de la Vaca. La profundidad marcada por las sondas era de 300 metros, El recuento final arrojó la cifra de 44 víctimas.

Pasados unos meses, el buque fue oficialmente dado de baja en la Armada. Hasta ese momento figuraba como desaparecido. La orden apareció en el Diario Oficial nº 34 de fecha 7 de febrero de 1947

Y de esta manera acabo sus días el submarino C-4, que será recordado como el primer correo submarino del mundo cuyos sellos postales fueron emitidos para tal fin. Hago esta aclaración porque años antes, durante la primera guerra mundial, sunbmarinos alemanes transportaron correspondencia, sin franquear ni marcas especiales, para burlar la presencia de la marina inglesa. Esta correspondencía al llegar a EEUU se introducíia en otro sobre y se franqueaba con sellos norteamericanos, cursándose por correo normal.


Autor: Juan Carlos López

(Visited 281 times, 1 visits today)