RMS Lusitania 1906 – 1915

El RMS Lusitania fue un lujoso barco de pasajeros británico de la Cunard Line, conocido también como “Lucy”, cuyo hundimiento en 1915 fue una de las causas de la entrada de Estados Unidos en la I Guerra Mundial.

Construido en los astilleros John Brown, Clide de Escocia, sus dimensiones eran de 239,80 metros de eslora por 26,90 de manga con un desplazamiento de 31.550 toneladas. Fue equipado con el máximo lujo posible para la época tanto en primera como en segunda clase, convirtiéndose en un referente que desafiaba a las otras navieras de la competencia. Disponía de cuatro chimeneas y dos mástiles. En aquellos años los buques alemanes de las compañías NDL y Hapag dominaban la velocidad en el Atlántico Norte. Cunard, era conocedor de que la White Star ya no era competencia y debía hacer un esfuerzo en recuperar para la Gran Bretaña el preciado trofeo de la “Blue Riband” (Banda Azul) El “Lusitania” podría conseguirlo, su velocidad alcanzaba los 25 nudos. Esto era posible gracias a los nuevos sistemas de motores de turbina, probados con anterioridad en el “Caronia” y que tan buenos resultados dieron.
Simultáneamente, en Inglaterra, se construía su buque hermano, el “Mauretania”. Ambos buques dominarían la carrera del Atlántico durante muchos años.

El RMS Lusitania, primer barco impulsado por cuatro hélices, se botó el 7 de junio de 1906 en Glasgow. Actuó como madrina la Sra. Inverclyde, esposa del presidente de la Cunard Line. La construcción del trasatlántico fue subvencionada par el Almirantazgo Británico mediante acuerdos secretos con la Cunard, que no fueron revelados hasta mucho tiempo más tarde, motivo por el cual estaba diseñado para artillarse con doce cañones de 6 pulgadas.

Su viaje inaugural lo realizó el 7 de septiembre de 1907 con destino a New York, donde arribó seis días después, impidiéndole el mal tiempo alcanzar su velocidad máxima. Durante los años siguientes se mantuvo impecable en su servicio ganando cinco Bandas Azules, 4 en sentido Oeste y 1 en sentido Este.

Tras el estallido de la I Guerra Mundial, el Almirantazgo Británico requisó el buque instalado en él emplazamientos artilleros. A pesar de lo cual en septiembre de 1914, en una inspección del buque, Sir Winston Churchill exclamaría: ¡Este es otro cebo viviente de 45.000 toneladas!

En 1915 el buque estaba comandado por el veterano capitán William Thomas Turner, al que faltaban cuatro años para jubilarse. El día 23 de abril, la embajada alemana en EE.UU. publicó un aviso en los periódicos extrañamente coincidente con el zarpe del “Lusitania” . En éste advertía a los pasajeros sobre el riesgo de navegar en aguas no neutrales por el peligro se ser atacados. Esta circunstancia no era desconocida ni para la Cunard, ni para el Almirantazgo inglés, ni aún menos para el capitán Turner.

Pese a todo ello, el 1 de mayo de 1915 a las 11.30 el RMS Lusitania dejó el muelle nº 54 de New York y se enfiló hacia el Atlántico con 1.959 almas a bordo, entre ellas 136 pasajeros norteamericanos, 129 niños y 39 bebés. En las instrucciones selladas al lacre que se entregaron al capitán Turner estaba el encuentro con el crucero HMS Juno frente las costas irlandesas, que le serviría como escolta. El mismo día zarpaba desde Emden (Alemania) hacia aguas irlandesas, el submarino U-20 al mando del joven capitán Walther Schwieger de 32 años.

Previamente al viaje, Chuchill organizó una reunión con varios Jefes de la Armada y expertos de inteligencia naval para tratar las consecuencias probables del hundimiento de un trasatlántico con pasajeros norteamericanos a bordo. Casi al mismo tiempo, el embajador de EE.UU. en Londres se preguntaba, en una carta dirigida a su hijo, qué haría el
“Tío Sam” si un trasatlántico lleno de pasajeros americanos fuera volado en pedazos. Por su parte, el Rey Jorge V concedió una audiencia al coronel americano Edward House, enviado especial del presidente Wilson; durante la entrevista, se dice, el Rey formuló al coronel esta pregunta: ¿Qué hará América si los alemanes hundieran el Lusitania?

El 5 de mayo, dos días antes de que el RMS Lusitania llegase a esas aguas, Churchill ordenó al HMS Juno abandonar la zona de escolta y dirigirse a puerto. No fue reemplazado y el “Lusitania” quedó sin escolta. A pesar que durante el viaje el capitán Turner recibió muchos comunicados del Almirantazgo que le advertían de actividad de submarinos en las cercanías. No fue informado de la retirada del HMS Juno, ni sobre el submarino U-20 en su ruta.

El 7 de mayo el RMS Lusitania entraba en aguas irlandesas, para entonces el U-20 ya había hundido tres embarcaciones inglesas en la zona. A las 07:50 horas se recibió este aviso radiofónico a bordo del trasatlántico: “Submarinos en acción frente a la costa meridional de Irlanda” . Cuarenta minutos después, este otro: “A todos los barcos ingleses: Tomen al piloto de Liverpool en la barra y eviten los promontorios. Pasen a toda velocidad por los
puertos. Naveguen por medio del canal. Submarinos en aguas de Fastnet…”

Al llegar a la altura del cabo Fastnet, el RMS Lusitania adoptó las precauciones habituales al entrar en una zona peligrosa, como fue la de alistar los botes para ser rápidamente arriados, doblar el servicio de serviolas y mantener constante comunicación radiotelegráfica con las estaciones costeras.

A pesar de las informaciones recibidas el capitán Turner, con ánimo de recalar en Liverpool dos horas antes de la pleamar, ordenó reducir la velocidad de 27 a 25 nudos, velocidad que tuvo que ser aminorada más tarde hasta los 15 nudos a causa de la intensa niebla que cubría la zona y que de alguna forma daba ciertas esperanzas de atravesarla sin ser visto hasta llegar a su destino. A medida que transcurría el día, la niebla se hizo menos intensa y a las 11:30 horas las costas de Irlanda eran visibles desde el “Lusitania”.

Próximo a la zona el submarino alemán U-20 navegaba de regreso a su base, cuando de pronto avistó al trasatlántico.
Situándose en posición de ataque, a las 14:12 el U-20 lanzo un torpedo sobre el RMS Lusitania que hizo blanco en el barco sobre su costado de estribor. El caos se apoderó del buque, que tras varias explosiones alcanza rápidamente una escora de 25º, lo cual imposibilita alcanzar los botes salvavidas. Muchos pasajeros se lanzan al agua desesperados. Tan solo 6 de los 48 botes salvavidas pueden ser lanzados. El joven capitán del U-20 se dio cuenta entonces de la identidad del buque torpeado, en ese instante se imaginó la enorme trascendencia del hecho y abandonó inmediatamente el lugar dejando atrás al destrozado trasatlántico y a sus aterrados pasajeros. Tan solo 25 minutos después el RMS Lusitania se hunde irremediablemente. El rescate llegaría desde otros barcos que estaban por la zona e incluso desde el cercano puerto de Queenstown, pero demasiado tarde, se perdieron 1.198 vidas.

Los alemanes habían atacado y hundido un barco de pasajeros sin armas, dando como resultado una gran pérdida de vidas civiles. En Estados Unidos esto supuso un gran alboroto y el acto fue considerado como una barbarie. El evento claramente ayudó a construir la opinión pública que más tarde permitiría a los Estado Unidos declarar la guerra al imperio Alemán. En un intento de justificar su ataque, Alemania afirmaba que el barco transportaba diversas municiones ocultas de contrabando, que explotaron y fueron la causa principal de su hundimiento.

Algunas observaciones de esta tragedia son las siguientes:

Se ha dicho que Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo había enviado solapadamente al RMS Lusitania como señuelo para los torpedos alemanes y así hacer entrar en la guerra a EE.UU.

El Almirantazgo, a sabiendas de la presencia de submarinos, negó la participación del HMS Juno como escolta, argumentando que su diseño lo inhabilitaba como escolta.

El capitán Turner, sobreviviente de la tragedia, fue acusado de negligencia y fue el chivo expiatorio que usó el Almirantazgo. Aunque finalmente quedo demostrada su no culpabilidad, sufrió el desprecio del vulgo inglés por su aparente cobardía y se le hizo llegar una pluma de ganso, como un indicativo del desprecio del pueblo inglés.

El pecio del RMS Lusitania, actualmente se encuentra recostado sobre su costado de estribor a tan sólo una profundidad de 90 metros. Ninguna de las muchas expediciones que han recorrido sus restos ha encontrado en él, pruebas de que el barco transportase municiones. Su proa apunta hacia la superficie, como queriendo salir de ese lecho.

Sobre postal circulado de USA a Austria, vía “RMS Lusitania”, con sello de USA (año 1908-1909) y matasellos de salida de Hudson (New York) con fechador 9 de marzo de 1909. Al dorso matasellos de llegada a Zurich el 18 de marzo de 1909. 

Tarjeta postal de época escrita a bordo del “RMS Lusitania” el día 9 de julio de 1910 y dirigida al Barón de Dampierre, con sello de Gran Bretaña (año 1902-1911) circulada de Gran Bretaña a Francia con matasello de salida de Queenstown el 10 de julio de 1910 y de llegada a Charente el 12 de julio de 1910. 


Autor: Juan Carlos López

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