Por fin ha llegado el día de nuestras ansiadas vacaciones. Hasta ahora todo perfecto, pero puede haber muchos motivos por el que nuestro viaje se puede ir al traste, ya sea por mal tiempo, enfermedad, robos, estafas o timos. Aunque alguno de estos factores no los podemos evitar o influir sobre ellos, otros sí. Desgraciadamente en todos los lugares del mundo hay personas dispuestas a engañarte, por lo que a lo largo de este artículo voy a comentaros algunos timos o estafas que suelen ser habituales para que estéis alerta y podáis evitarlos en la medida de lo posible.
El guía pesado: En algunos lugares turísticos es habitual que, mientras estás observando algún monumento, edificio o paisaje, se te acerque alguien y comience a hablarte del mismo. En principio pensarías que se trata de una persona, que amablemente y sin ánimo de lucro se ofrece a informarte. El problema surge cuando finaliza la explicación y, después de darle las gracias, te solicita dinero por sus servicios. Normalmente se trata de guías no oficiales y sin certificación, por lo que queda a tu criterio si te ha parecido una buena explicación darle algo de dinero o, si por el contrario te ha resultado pesado o no te ha gustado, indicarle que no lo has pedido y negarte a pagar.
El taxi caro: Este suele ser uno de los timos más habituales. Al llegar a tu destino coges un taxi y tras indicarle la dirección de destino, en lugar de llevarte directamente al mismo te hace un gran recorrido por la ciudad, por lo que a la hora de pagar el importe es bastante superior al que correspondería si te hubiera llevado por el camino más corto.
La mejor manera de evitar este engaño es investigar previamente en Internet las distancias y los precios medios de los trayectos y pactarlo previamente con el taxita.
Con esto no quiero decir que siempre te vaya a ocurrir, la mayor parte del gremio son personas honradas pero, como en cualquier otro, puedes tener la mala suerte de dar un desaprensivo.
Los consejos del taxista: Este tipo de engaño puede darse en el caso de que lleguemos a un destino y, sin haber preparado previamente una lista de lugares a visitar, comer o alojarnos, preguntemos a un taxista por su recomendación. Como en el caso anterior, puedes tener la mala suerte de dar con un taxista poco profesional y que, por intereses propios, te aconseje lugares no muy buenos, o incluso muy malos, de los que puede recibir una comisión. Lo mejor es ir preparados e informados de antemano, incluso preguntar a personas de la calle, en un bar, etc…, que en principio no tienen porqué tener intereses en ese sentido.
El teléfono chollo: Imagínate que alguién se te acerca y te muestra un móvil (habitualmente de gama alta) preguntándote si se te ha caido. Compruebas que no es tu móvil y te invita a revisarlo y probarlo, te dice que el no lo necesita y como no se sabe quién es el dueño te lo ofrece por un precio más que atractivo. Accedes y antes de dártelo lo mete en una bolsa que tenía en el bolsillo. Te indica que vayas con cuidado y no lo saques hasta que te hayas alejado de la zona por si apareciera el dueño. Cuando te vas y decides ver tu teléfono chollo, te das cuenta de que se trata de una réplica de plástico, que el vendedor ha cambiado disimuladamente al meterlo en la dichosa bolsita. Este tipo de timos es muy habitual, no solo en móviles, sino también en otro tipo de objetos, como equipos electrónicos, relojes, joyería, etc… Lo mejor es no comprar nada en estas condiciones.
El falso policía: Un policía se te acerca y sin venir acuento te indica que has cometido una infracción, muchas veces se trata de tonterías, incluso situaciones inverosímiles, pero te indicará que debes abonar la multa en el momento, de lo contrario el importe será mucho mayor. Lo mejor en estos casos es solicitarle su documentación oficial. La mayor parte de las veces será muy facil comprobar si es un policía real o falso, pero sobre todo la recomendación es no abonar la multa en el acto y esperar a que te envíen la notificación de cobro a tu domicilio.
Este tipo de timos suele ser más habitual cuando menos desarrollado sea el país visitado.
El vendedor de flores: Vas andado tranquilamente con tu pareja por la calle y una persona con un ramo te flores se os acerca y le da a la mujer una flor. Despistadamente acepta el obsequio y en ese momento el vendedor empezará a pedirle al hombre que la paque y en ningún caso aceptará que la mujer le devuelva la flor, por lo que el hombre ante esta situación lo más normal es que acceda a pagarla.
Para evitar este tipo de engaño, lo mejor es no coger la flor si no estás interesado en su compra, o de lo contrario el timador tendrá excusa para acosarte y pedirte dinero.
La maleta llena: Este timo es muy peligroso y consiste en que mientras estás en la fila de facturación del aeropuerto se te acerca una persona o una pareja y te preguntan amablemente si les puedes llevar en tu maleta un souvenir que han comprado y que no les cabe en la suya o que tienen exceso de equipaje. Accedes y todo va perfectamente, pero a la hora de llegar a tu destino se te acerca la policía y te detienen por tráfico de drogas. Simplemente te han utilizado para transportar la droga a tu país sin correr ellos ningún riesto. Evidentemente el delito lo has cometido tú por haberlas transportado.
En ningún caso aceptes transportar ningún tipo de equipaje u objeto que no sea tuyo.
La entrada falsa: Hay veces en que decides asistir a alguna actuación, evento, etc… Te diriges al lugar en cuestión y cuando estás en la fila para adquirir la entrada, se te acerca una persona y con cualquier excusa te dice que le va a ser imposible asistir al evento, vendiéndote la entrada por un precio mucho más barato que si lo hubieras adquirido en la taquilla.
Después de pagarle te acercas a la entrada y el responsable del control te indica que esa entrada es falsa y no te permite entrar. Evidentemente no puedes hacer nada en este caso y, por supuesto, no vas a poder localizar a quién te la vendió. La mejor manera de evitar este timo es comprar siempre las entradas en la taquilla o lugares oficiales.
Los trileros: Se trata de una estafa habitual en muchas ciudades turísticas. Consiste en un juego en la que el trilero mueve 3 vasitos que ocultan una bolita. El objetivo se trata de encontrar el vasito en el que se encuentra escondida la misma. En principio observarás que es fácil localizar la posición de la bolita y que la gente que está jugando gana fácilmente. Pero, ¡¡¡ojo!!!, las personas que están jugando son complices del trilero y cuando te animas a jugar el trilero comienza a mover los vasitos a mucha más velocidad, siendo imposible localizar la ubicación de la bolita, incluso en muchos casos la esconde y no se encuentra bajo ninguno de los vasitos. Lo mejor en este caso es ni acercarte a probarlo ya que terminarás perdiendo.
La pulserita: Si vas dando un paseito por una ciudad o tomándote un café en una terraza y una persona, habitualmente una mujer, se te acerca, te coge el brazo y empieza a ponerte una pulsera, retira el brazo de inmediato y niegate, ya que una vez que te la ha colocado te pedirá una cantidad de dinero y te será muy difícil desembarazarte de ella, ya que habitualmente otros compañeros aparecerán y comenzarán a intimidarte hasta que regateando aceptes pagar una cantidad, por supuesto más elevada que el valor real de la pulsera.
La tarjeta de crédito: Se trata de uno de los timos más peligrosos. Consiste en el copiado de tu tarjeta de crédito, habitualmente mediante la utilización de un teléfono móvil para sacar un vídeo o foto de los datos frontales y traseros de la tarjeta o mediante un dispositivo copiador de la misma. Posteriormente utilizarán los datos para hacer compras por Internet mientras te encuentras de viaje.
La mejor forma de evitar este timo no comprar con tarjeta en lugares sospechosos y no perder de vista la misma en ningún momento, impidiendo que la persona que realiza el cobro utilice el móvil durante la operación, ya que puede hacer la copia disimulando estar hablando por teléfono o por Whatsapp.
Si a la vuelta de tu viaje observas que se han hecho cobros con tu tarjeta, contacta lo más rápidamente con tu banco para que la bloqueen. En muchos casos, es habitual que el seguro de la tarjeta te reembolse el importe de la estafa.
La fotografía: Una persona amablemete te pide que les saques una foto con su cámara reflex, accedes a ello y cuando te dispones a sacar la foto y aprietas el botón del disparador, no ocurre nada. Después de varios intentos la pesona en cuestión te indica que la cámara se ha averiado por tu culpa y que deberás pagarle algo por la reparación de la cámara. Lo mejor en estos casos es echar la misma cara que el estafador, darte la vuelta e irte tranquilamente.
Espero que estos ejemplos os ayuden a evitar posibles tipos o estafas que, sin duda, en caso de producirse, podrían arruinaros vuestras esperadas y bien merecidas vacaciones.
Francisco Rodríguez.
Fecha de publicación: 17 de enero de 2016