MV Wilhelm Gustloff 1937 – 1945

Este buque que será recordado por la peor tragedia marítima de toda la historia. Fue construido por los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo, para la Hamburg-South America Line, tenía 208,50 metros de eslora por 23,59 metros de manga y desplazaba 25.484 toneladas.

Disponía de una chimenea y dos mástiles, siendo su velocidad de crucero 15,5 nudos. El MV Wilhelm Gustloff fue botado el 5 de mayo de 1937, durante dos años fue el buque insignia de la compañía.

Después de entrar en servicio, el “Wilhelm Gustloff” se dedicó a cruceros de placer por el Atlántico, Mediterráneo y Mar del Norte. Aparte de ello realizó un viaje a España, poco antes de comenzar la II Guerra Mundial, para transportar de regreso a la Legión Cóndor que ayudó a los sublevados a ganar la Guerra Civil española.

Meses después, poco antes de comenzar la invasión a Polonia, fue pintado de blanco con una banda verde de proa a popa, y cruces rojas en varios lugares del casco y cubierta, Siendo comisionado cómo buque hospital por Kriegsmarine (marina de guerra alemana)

A finales de 1940, cambio su cometido, quedando anclado en el puerto de Stettin (Polonia) durante más de cuatro años al servicio de los cadetes de la cercana base de instrucción en guerra submarina. Durante este periodo fue pintado de gris naval y se le dotó de una pequeña cantidad de medios antiaéreos, convirtiéndose de hecho en un transporte armado.

MV Wilhelm Gustloff

En enero de 1945, se le ordenó que participase en la denominada “Operación Aníbal”. De esta forma el trasatlántico pasó a formar parte de la mayor evacuación realizada en la historia: el rescate y transporte de millones de refugiados, enfermos, heridos y todos los que escapaban de las tropas rusas que avanzaban desde el Este. Junto con otros buques se organizó la evacuación. En el puerto, más de 60.000 refugiados trataban de abordar las naves creándose un estado de caos y confusión. Mientras los oficiales intentaban contabilizar a los pasajeros, mucha gente subían a bordo desordenadamente burlando la guardia, que se veía inerme para controlar a la multitud. Algunos disparos al aire hacían recuperar el orden, pero no por mucho tiempo. Niños deambulaban por doquier buscando a sus padres. Un día antes de zarpar, llegó un tren hospital llevando heridos que fueron subidos a bordo y acomodados en la llamada cubierta para tomar el sol, donde años atrás miles de turistas alemanes se broncearon navegando por las aguas del Mediterráneo. Todos los espacios del buque estaban abarrotados de gente. En cubierta se veían algunas ametralladoras antiaéreas instaladas para rechazar posibles ataques aéreos. Sólo dos tercios de los pasajeros llevaban chalecos salvavidas y ante el número de pasajeros era evidente que en caso de emergencia los botes salvavidas no podían albergar al resto.

Según la lista oficial, entre pasajeros y tripulantes, sumaban a bordo más de 6.000 personas, pero no cabe duda que muchos cientos más, de una manera u otra, lograron subir a bordo escapando del Ejército Rojo. Las últimas investigaciones dicen que a bordo del Gustloff viajaban un total de 10.582 personas.

A las 12:30 de la tarde del 30 de enero de 1945, el “Wilhelm Gustloff” zarpó de la bahía de Gotenhafen en un día con muy mal tiempo, con una curiosa estructura de mando. Como transporte de civiles estaba bajo el mando del capitán de la marina mercante Friedrich Petersen y como transporte militar tenía como comandante al capitán Wilhelm Zahn.
Nevaba con vientos fuertes y la temperatura era de 10° C bajo cero. El mar se encontraba medio congelado y cualquier persona que cayera al agua no podría sobrevivir. El “Gustloff” comenzó la navegación con la única escolta del torpedero alemán “Lowe”, contra los ataques submarinos o de aviación. Ante los ataques aéreos el buque tenía unas pocas ametralladoras antiaéreas, pero ante los submarinos estaba indefenso. Pronto la oscuridad invernal envolvió al buque y la gente con varios días sin comer ni dormir, cayó presa del mareo. La cubierta estaba congelada.

Se produjo una discusión entre los diversos capitanes del buque, pues el capitán civil (más veterano) era partidario de navegar por aguas profundas, buscando la protección de los convoyes alemanes, mientras el militar prefería viajar cerca de la costa. Al final se impuso la veteranía del capitán civil, y el “Gustloff” avanzó con las luces apagadas en busca de un convoy de dragaminas situado más al norte. Cuando se aproximaban al mismo, encendieron las luces de posición en medio de la noche, bajo condiciones de mala visibilidad, para evitar una colisión. Ese fue el momento en que las luces delataron su presencia y fue avistado por el submarino soviético S-13, que patrullaba aquellas aguas con la misión de impedir las operaciones navales alemanas en torno a Prusia Oriental. No ha quedado establecido que el
capitán atacante viera, en la noche invernal báltica, mucho más que estas luces de posición delatando a un buque de gran porte.

A las 21:08 del 30 de enero de 1945, fue atacado por este submarino S-13, comandado por Alexander Marinesko. El submarino soviético disparó tres torpedos contra el “Wilhelm Gustloff”, sin que el buque de guerra que lo escoltaba pudiera evitarlo. El transporte acusó los impactos, escoró rápidamente a estribor recuperando la verticalidad poco después, pero finalmente volvió a escorar hacia babor. En pocos minutos el castillo de proa se encontraba casi bajo las aguas. El “Gustloff” se hundió en menos de 50 minutos, llevándose hasta el fondo del Báltico a 9.343 hombres, mujeres y niños. Solo 1.239 personas pudieron ser rescatadas con vida por buques alemanes que se encontraban en las cercanías en misiones de evacuación o escolta. El mar estaba cubierto de cadáveres con salvavidas.

Alexander Marinesko, comandante del S-13, como resultado de esta acción fue propuesto como Héroe de la Unión Soviética, pero paradójicamente se le denegó porque el alto mando soviético albergaba dudas sobre si verdaderamente fue Marinesko quien hundió el buque, pues se decía que había sido bombardeado por la Luftwaffe. Finalmente se le otorgó la condecoración a título póstumo.

Ninguna otra tragedia marítima ha sido tan grande por el número de víctimas.

Los restos del MV Wilhelm Gustloff descansan en el mar Báltico, 19 millas al Este de Leba (Polonia). Algunos objetos fueron recuperados en 2006.

 

 

MV Wilhelm Gustloff Tarjeta postal con marca naval del buque y fechador mayo de 1938

 

 


Autor: Juan Carlos López

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