Mis impresiones del MS Crucevita

Hacía tiempo que entraba en nuestros planes hacer un viaje por la Alsacia, de hecho en el año 2020 teníamos todo preparado y reservado para realizarlo. Desgraciadamente como consecuencia de la pandemia de Covid nos vimos obligados a cancelarlo.

Después de la desafortunada experiencia que tuvimos el año pasado en el crucero fluvial que hicimos por el Ródano en el barco MS Mistral, queríamos probar otra naviera y las labores de investigación de Marián la llevaron a encontrar un crucero por el Rin, con salida desde Amsterdam y finalización en Mainz en el barco MS Crucevita de Crucemundo. ¡Ideal!, porque teníamos la ocasión de visitar Países Bajos, Alemania y Francia con un itinerario realmente atractivo, ya que una de las escalas era Estrasburgo, capital de la Alsacia. ¡Que alegría, podíamos resarcirnos de nuestro viaje frustrado por la pandemia!.

Como Marían no se lleva muy bien últimamente con los aviones, decidió reservar los itinerarios de ida y vuelta en tren, así que la aventura sería salir de Sevilla y dormir en Barcelona, para continuar el día siguiente hasta Amsterdam haciendo transbordo en París que, para colmo, se realizaba en estaciones distintas y con poco tiempo. Cogimos un taxi y como había mucho tráfico el trayecto fue realmente estresante, pero conseguimos llegar a tiempo.

Como llegamos de noche a Amsterdam y el crucero comenzaba al día siguiente optamos por reservar un hotel para esa noche próximo a la Estación Central, que además estaba muy cerca del muelle donde se encontraba atracado nuestro barco.

Al día siguiente, como el embarque no podíamos realizarlo hasta las 16.00h, optamos por dejar las maletas en el hotel y hacer una excursión en tren a Zaandam, ciudad que se encuentra a unos 15 kilómetros de Amsterdam. Pasamos allí la mañana y después de almorzar algo, regresamos para llegar a la hora del embarque.

Una vez que llegamos al puerto y accedimos por la pasarela a la recepción del barco realizamos con agilidad los trámites de embarque y en pocos minutos nos encontrábamos en nuestro camarote, donde nos acompaño un miembro de la tripulación, que amablemente se hizo cargo de nuestro equipaje y nos explicó todos los detalles del mismo, funcionamiento de la TV, aire acondicionado, etc… Una vez que se fue procedimos a deshacer nuestro equipaje y colocarlo en los distintos habitáculos de que disponía la cabina, para a continuación arreglarnos, ya que a las 19.00h estaba programado un cocktail de bienvenida en el Salón Bar, situado en el puente Promenade, en la proa del barco, desde donde durante la navegación los pasajeros pueden disfrutar del paisaje a cubierto mientras toman alguna copa, refresco, etc… En esta zona común los pasajeros realizan juegos, entretenimientos, bailes o simplemente disfrutar de unos momentos de música ambiental ofrecida por un pianista/cantante, que nos amenizó durante la travesía. Y por supuesto las magníficas vistas.

Durante el cocktail de bienvenida Yaroslav, nuestro director de crucero, realizó la presentación de la tripulación, así como de los distintos grupos de pasajeros y diferentes nacionalidades con los que conviviríamos la próxima semana.

Tras finalizar el cocktail nos dirigimos al restaurante, localizado en el puente Principal para cenar. A la entrada nos preguntaron si nos importaría compartir mesa con otra pareja de habla hispana, a lo que contestamos que estaríamos encantados. Fue un placer compartir los momentos que pasamos en el restaurante con los pasajeros costarricenses Maybelle y Jorge.

El MS Crucevita navega por el Rin y dispone de una capacidad para 110 pasajeros. Es un barco de 5 anclas y está compuesto por 2 puentes con diferentes categorías, Principal y Promenade, así como una cubierta al aire libre denominada Puente Sol, equipada con tumbonas y desde la que se puede disfrutar de unas espectaculares vistas del paisaje durante el trayecto por el Rin. Algunas de estas tumbonas se encuentran cubiertas con un techado.

En cuanto a sus datos técnicos, el MS Crucevita tiene una eslora 104,5 metros, una manga de 11,40 metros y una capacidad para 110 pasajeros. Su año de construcción fue 1995, renovado posteriormente en 2018, encontrándose muy bien conservado, apreciándose nada más embarcar la elegancia con que fue diseñado.

Comenzando mi análisis del barco, empezaré por el Puente Promenade donde nada más embarcar, en la zona central, nos encontramos con un lobby y la recepción del barco, así como una biblioteca y una sala de estar con una chimenea, todo ello decorado con sillones de piel y mobiliario de madera oscura. En el centro hay una gran escalera de caracol que comunica esta cubierta con el Puente Principal. Hacia la proa se encuentra el Salón Bar, amplia área cuya decoración está realizada con mesas también de madera oscura y sillones/sofás en tonos grises azulados, así como moqueta color granate que, junto con la buena luminosidad del salón, rodeado de ventanales, hace que sea el lugar ideal para disfrutar de los paisajes durante la navegación.

Durante el día el Salón Bar es el lugar donde la tripulación ameniza la navegación entreteniendo a los pasajeros con distintos tipos de juegos. Por la tarde, antes de la cena es el punto de encuentro de los pasajeros para tomar un aperitivo mientras disfrutamos de la música que nos ofrece el músico. Después de la cena el salón se convierte en discoteca, ya que dispone de una pista de baile suficientemente amplia, donde los pasajeros que quieran pueden quemar unas pocas calorías para terminar el día antes de retirarse a sus camarotes a dormir.

A la entrada del salón se encuentra el bar, donde podemos disfrutar de una extensa carta de bebidas con cargo, no incluidas en el precio del crucero, acompañadas de unos snacks.

La zona entre la recepción y la proa del barco se encuentra en su totalidad ocupada por camarotes.

Bajando por la escalera de caracol llegamos a una zona del Puente Principal donde se encuentra el espacio wellness con gimnasio y sauna, cerrados durante nuestro crucero debido a las medidas preventivas contra el el Covid-19. También en ese área encontramos expositores con regalos y recuerdos a la venta. Ambos puentes se encuentran interconectados con un ascensor con capacidad para 4 personas.

La parte anterior de este puente se halla ocupada por el restaurante y la cocina. En el restaurante se sirven los desayunos, almuerzos y cenas durante el crucero y consta de una amplia sala decorada con los mismos tonos que el resto del barco, con capacidad para la totalidad del pasaje. En nuestro caso la ocupación del barco era más o menos del 70 por ciento.

Nuestra mesa se encontraba nada más entrar a la izquierda junto a una de las grandes ventanas panorámicas, desde donde disponíamos unas magníficas vistas del paisaje mientras degustábamos nuestras comidas. 

El desayuno buffet ofrece una amplia variedad de opciones para elegir, bollería riquísima, panes de diferentes tipos, yogures cremosos, cereales, frutas, frutas en almíbar, macedonias, embutidos variados, distintos tipos de quesos, huevos revueltos, zumos, etc… El café era servido en la mesa por los camareros.

Los turnos de las comidas eran fijos, 07.30h para el desayuno, sobre las 12.00-13.00h para el almuerzo y 19.00h para la cena, adaptados siempre a los horarios de las excursiones que se realizaban.

La gastronomía a bordo del MS Crucevita está basada en comida internacional, adaptada a cada uno de los países por los que íbamos pasando, con platos muy elaborados y bien presentados. El menú dispone una carta donde podrás elegir 3 opciones de primer plato, segundo y postre, siempre con la posibilidad de cambiarlas en el caso de que el pasajero tenga una necesidad alimentaria especial o si algún plato del menú no es de su agrado. En el caso de Marian, sus comidas estaban exentas de sal. Durante el desayuno, el camarero de mesa apunta los platos de tu elección para el resto del día. El precio del pasaje incluye una bebida por persona durante la comida o cena (cerveza, vino, refresco), así como agua corriente.

La parte posterior del Puente Principal se encuentra ocupada por camarotes, así como la sala de máquinas ubicada en la popa.

La cubierta superior, denominada Puente Sol, se encuentra dividida en dos zonas, una abierta con tumbonas y otra cubierta con mesas y sillas. Durante nuestro crucero por el Rin tuvimos la suerte de tener buen tiempo, por lo que en esta cubierta pasamos buenos momentos de relajación disfrutando del hermoso paisaje. El acceso a esta cubierta se realiza por medio de dos escaleras situadas en los laterales del barco, así como una silla automática habilitada para personas con necesidades especiales.

Con respecto a los camarotes, estos se encuentran repartidos entre las cubiertas Promenade y Principal. En el primer caso todos disponen de balcón francés y en el segundo ventanas panorámicas.

Nuestro camarote, que se hallaba situado en la cubierta Promenade, contaba con una superficie de unos 12 metros cuadrados y estaba bastante bien distribuido. Las paredes eran de color beige, la moqueta marrón claro y muebles en marrón oscuro. El balcón francés nos permitía contemplar ampliamente el exterior durante la travesía, incluso tumbados cómodamente en nuestras camas. En este recorrido disfrutamos muchísimo del balcón francés.

Con respecto al mobiliario, el camarote dispone de dos cómodas camas adosadas. En la pared situada a los pies de las camas, junto al ventanal, había un armario de mediana altura, sobre el que se ubicaba una televisión en la que se mostraban varios canales internacionales vía satélite. El resto de la pared casi en su totalidad se encontraba ocupada por muebles bajos de almacenamiento, cajoneras y un escritorio con silla y un gran espejo y dos enchufes. Adicionalmente, entre la cama y el baño hay un armario ropero con perchas, baldas y caja fuerte. Nos sorprendió gratamente ver que disponíamos de mucho espacio para guardar el equipaje en nuestro camarote, mucho más de lo que estamos acostumbrados en otras navieras fluviales.

El baño, situado a la derecha según entramos en el camarote, tiene un tamaño aceptable. El lavabo dispone de una encimera de mármol negro y bajo éste encontramos un armario de baño con capacidad suficiente para guardar nuestros objetos de aseo. En la parte superior disponemos de un gran espejo y una repisa también de mármol donde diariamente nuestro asistente de camarote reponía botecitos de champú, gel y loción corporal. El cerramiento de la amplia ducha estaba realizado con una mampara de cristal, punto para agradecer por comodidad e higiene, al contrario que la típica cortina, con la que termina el suelo del baño lleno de agua después de ducharnos. La ducha disponía de un dispensador de gel que también era repuesto cada día.

COMPLEMENTOS DEL CAMAROTE

  • Televisión vía satélite.
  • Baño con ducha y aseo privados.
  • Toallas.
  • Teléfono interior.
  • Caja fuerte.
  • Climatización frío/calor.
  • Electricidad 220V.

La indumentaria en este crucero es casual tanto durante el día como por la noche. Únicamente en la noche de gala la vestimenta fue un poco más elegante. Pienso que esto está siendo usual en todo tipo de navieras y estilos de barco en la actualidad.

Con respecto a las excursiones en este crucero están orientadas a que se contraten previamente por los pasajeros que quieran conocer algunos lugares de interés un poco más retirados del punto de escala. En nuestro caso y dadas las dificultades que nuestro hijo David tiene con sus caderas, optamos por hacerlas por nuestra cuenta y conocer, dando un paseo, esos pequeños pueblos de escala que también tienen su aliciente.

Era de agradecer que las notificaciones por megafonía, la exposición del menú por parte de la tripulación, los  juegos, actividades, etc… se realizan en varios idiomas, incluido el español.

Como punto positivo del crucero hay que resaltar la tripulación, muy servicial y amable en todo momento. Aprovecho para hacer especial mención a Ilia, el maitre del hotel, que nos atendió personalmente en el restaurante durante las comidas y las cenas con una profesionalidad destacable. Sobre todo por la atención y entretenimiento que dispensó a nuestro hijo, cada vez que tenía oportunidad.

Sobre las propinas tengo que comentar que no están incluidas en el crucero. El último día encuentras un sobre en el camarote, para que de forma voluntaria dejes la propina que creas conveniente, en función del servicio recibido.  El sobre se puede depositar en una urna disponible en la recepción.

Mis impresiones finales sobre el MS Crucevita son que se trata un barco ideal para conocer ciudades del interior a las que se no puede acceder como no sea por carretera. Dentro de lo que es un crucero fluvial ha cumplido todas nuestras expectativas de servicio y calidad.

Algunos de los puntos positivos de este crucero que dignos de mención son:

  • A pesar de tratarse de un barco con 27 años, aunque reformado hace 4, dispone de unas instalaciones muy bien cuidadas y en perfecto estado de mantenimiento, no dando la impresión de tener esa antigüedad.
  • El camarote dispone de muchos espacios de almacenamiento para guardar las pertenencias de los pasajeros.
  • Tanto el buffet, como las comidas y cenas se encontraban muy bien presentados, así como en cantidad y variedad suficientes.
  • Buen sistema de comunicación de notificaciones a los pasajeros, incluso en castellano.
  • Excelente servicio por parte de la tripulación.
  • Destacable la limpieza de todas las áreas del barco.

Como puntos mejorables y a título constructivo puedo comentar los siguientes:

  • Incluir en el precio del crucero, al igual que en otras navieras fluviales, algunas bebidas más o barra libre en determinadas marcas.
  • Mejorar la calidad de las hamburguesas en las comidas.

Para finalizar este artículo comentar que, indudablemente, es la forma de viajar perfecta para conocer los rincones más inaccesibles con toda comodidad, sin cargar las maletas, un perfecto hotel flotante con el máximo de comodidad y confort, cubriendo todas las necesidades del pasajero.

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MÁS INFORMACIÓN DEL BARCO:

Fecha de publicación 23 de agosto de 2022.


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