Submarino C4 El correo submarino

El Director de la agencia filatélica oficial de la República Española, propone que el correo entre Barcelona y Mahón sea operado por submarinos, así como la emisión de una serie específica de sellos para este tipo de correo.

El submarino republicano C4 sería el encargado de esta misión.

El Submarino C4 fue un submarino de la Clase C de la Armada Española construido en el astillero de Cartagena, que participó en la Guerra civil en el bando republicano y que se hundió en un accidente en el transcurso de unas maniobras, al ser abordado por un destructor. Conozcamos lo más relevante de su historia:

Cuando empezó la Guerra Civil se encontraba en el puerto de Cartagena. Su primera acción de guerra tuvo lugar en la noche del 26 al 27 de julio, en que efectúa 37 disparos de cañón y lanza un torpedo contra dos buques que cruzaban el estrecho de Gibraltar, sin lograr hacer blanco.

El 28 de julio, frente a Huelva, recibe un impacto de la artillería terrestre, obligándole a retirarse de la zona y dirigirse a Tánger.

Una vez reparado, el 22 de agosto sale de nuevo a la mar, esta vez en compañía del C-5, entrando ambos en Málaga al día siguiente. Allí se reúnen con el C-3, y el día 25 zarpan los tres hacia el frente Norte, donde más tarde se les uniría el C-6. Su misión era intentar localizar y hundir al Acorazado España y al Crucero Almirante Cervera, que operaban en el Cantábrico.

Asimismo y para aprovechar el tránsito, se les embarcó abundante armamento portátil y munición con destino a las tropas que operaban en Bilbao, a cuyo puerto arribó el día 29

El 2 de octubre de 1936 iniciaron su regreso al Mediterráneo los C-3, C-4 y C-6. El día 8 arriban en Málaga el C-3 y C-4, continuando el C-6 hasta Cartagena.

Hasta final del año operó solamente en aguas de Alborán, teniendo como puerto base Málaga.

De nuevo, el 7 de abril de 1937 el Gobierno apremia al jefe de la Flota para que mande al Cantábrico todos los submarinos disponibles, como consecuencia de la crítica situación del frente Norte, y el hecho de haber perdido ya dos unidades en aquellas aguas, el C-5 y el B-6. Se recibe un mensaje que ordena la salida del C-1 y C-4 que parten el día 13, aunque a la altura del estrecho de Gibraltar ambos regresan a Cartagena, por tener el C-1 una pérdida de gasóleo en los motores diesel. El C-4 decidió regresar también, para en caso necesario auxiliar a su gemelo.

A finales de abril es de nuevo enviado al Cantábrico, llegando a Bilbao el 9 de mayo, donde se encuentra con el C-6, que había salido unos días antes desde Cartagena. Salen a la mar dos o tres días por semana y al caer Bilbao en manos de las tropas franquistas, toman como base los puertos de Santander y Gijón.

Por aquellas fechas el Crucero Almirante Cervera se había convertido en una verdadera obsesión para los mandos navales de la República, y desde el Estado Mayor de la Marina, establecido en Valencia, se insta al jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico para que emplee todos los recursos a su alcance contra el crucero, a fin de que sea hundido antes de que el bloqueo termine de ceñirse sobre toda la cornisa cantábrica.

 

El 21 de junio el C-4 avista al Cervera, que a la vez se percata de la presencia de éste y lanza un ataque con cargas de profundidad, lo que obliga al submarino a efectuar una evasión, eludiendo responder al ataque.

El 25 de julio y cortada la comunicación con Asturias, el general Gámir, los vocales de la Junta de Santander, parte del Estado Mayor y algunos políticos abandonan Santander a bordo del C-4 ante la inminente toma de la ciudad por las tropas franquistas, hecho que habría de producirse horas después. El submarino, con toda la comitiva, sale a la mar a las 01:30 horas, amparado en la oscuridad de la noche, con destino a Gijón, donde atraca el mismo día. Allí se reúne con el C-2 y el C-6, que se habían replegado y tomado como base el puerto de El Musel.

El 28 de agosto, este puerto es sometido a un bombardeo aéreo por la aviación nacional, a resultas del cual el C-4, que es sorprendido atracado, recibe varios impactos en la superestructura. Realizada una reparación de emergencia por parte de la tripulación, el comandante se hace a la mar y le envía el siguiente mensaje al ministro de Defensa: “En bombardeo Musel, metralla averió casco cinco sitios. Reparo provisionalmente. Es imprescindible dique. Navego sin pérdida de tiempo en demanda costa francesa. Solicito autorización. Propongo Burdeos. Dada situación zona, única manera de salvar barco para la República”

Ante el asombro del Estado Mayor Central de la Marina, por un lado, y del jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico, por otro, que se interrogan mutuamente acerca de dónde ha partido la orden de hacer salir a la mar al C4, el buque entra en el puerto francés de Le Verdon el 29 de agosto.

Se traslada a Burdeos el Capitán de Corbeta Pedro Prado para tomar el mando del C-4 y del C-2, tratando además de acelerar los trámites para la pronta incorporación de ambos al servicio activo y evitar que pudiesen quedar internados, dada la neutralidad del país vecino. A pesar de las gestiones para tratar de su pronta vuelta a la actividad, el C4 permanece durante siete meses y medio en obras, pues no estaría listo hasta mediados de abril de 1938

El 14 de abril de 1938 y bajo el mando del soviético G.I. Kuzmin (Víctor Nicolás), abandona el puerto francés para dirigirse a Cartagena, adonde llega el día 23, entrando en fase de alistamiento. Después de alguna salida a la mar en pruebas, zarpa de nuevo plenamente operativo el 19 de junio, para incorporarse a su nueva base, Barcelona, donde llega dos días más tarde.

El 15 de julio se traslada a Mahón, principalmente para levantar la moral a los allí residentes. El 21 regresa a Barcelona y vuelve a salir el 26 para escoltar a un mercante hasta su puerto de destino. Posteriormente, localiza a un mercante nacional, pero en el momento del lanzamiento, el cable de izado del periscopio se partió y el ataque quedó abortado.

El 12 de agosto de 1938 parte de la Ciudad Condal rumbo a Mahón llevando dos sacas que contenían 100 tarjetas postales y 300 certificados. También se embarcaron unas 1.100 cartas de correspondencia normal, figurando en todos los sobres el matasellos con el cuño “Correo Submarino 11/agosto/1938. Barcelona”, así como dos días después otro cuño con el texto “Correo Submarino 13/agosto/1938. Mahón”, aunque el viaje de regreso fue efectuado el 17 de agosto.

Curiosamente, el primer correo submarino del mundo se realizó navegando en superficie, sin que se registrara contratiempo alguno. Sin embargo, en el viaje de vuelta y para poder zafarse del acoso de los aviones sublevados con base en Palma de Mallorca, tuvo que navegar casi siempre en inmersión.

La razón del envío de correo a Mahón tuvo por objeto levantar la moral de la población y lograr una acción propagandística de favorable impacto en Menorca, ya que era la única isla del archipiélago balear que permanecía en el bando de la República y se encontraba prácticamente aislada a causa del bloqueo de los buques y aviones nacionales, que impedían la llegada de toda clase de suministros.

El mismo día que llegó a Barcelona, una vez desembarcadas las sacas de correo, continuó viaje hasta Cartagena, donde arribó el día 20, saliendo de nuevo el 23 en compañía del C-2, con quien efectuó hasta finales de mes la vigilancia de las aguas próximas, sin resultado positivo. El mes de septiembre continuó con la protección de la zona del cabo de Palos, hasta que el día 12 entró en dique seco para recorrido de la obra viva, hasta Navidad.


Autor: Juan Carlos López

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