Le Joola, “El Titanic Africano”

El Joola era una especie de “Ferry” “Ro-Ro” construido en el año 1990 en los astilleros alemanes Neue Germersheimer Schiffswerft. Se había tratado de un encargo del Gobierno de Senegal para mejorar las comunicaciones con la región de Casamance.

El buque estaba destinado a servir una ruta fija de algo más de 160 millas: las 132 millas que dista Dakar de la desembocadura del Casamance y las 34 millas río arriba hasta Ziguinchor, capital de la región.

Era teóricamente apto para el transporte de carga rodada, carga en bodega y pasaje. Tenía una eslora de 79,5 metros, 12,5 metros de manga y 3,10 de calado. Su Registro eran 2.088 TRB y su Peso Muerto 500 Tns. Su francobordo en la cubierta Ro-Ro era de algo mas de 1 metro y bajo esta cubierta estaban instalados sus dos motores MAN de 1200 KW cada uno así como un par de grupos electrógenos. Además montaba un tercer grupo en la cubierta superior donde, con el tiempo, se instalaría otro más. Además se le había instalado un lastre fijo de 60 tn., lo que quiere decir que ya se sospechaba que no iba muy allá de estabilidad, como tampoco andaba sobrado de velocidad: 14 nudos. Su tripulación estaba formada por personal de la Marina Nacional Senegalesa. Estaba clasificado por el Bureau Veritas como buque para navegación en aguas costeras a menos de 50 millas o 6 horas de puerto. Aunque esta Sociedad Clasificadora le había concedido en principio sus Certificados de Navegabilidad, en 1994 decidió no renovarlos, por “falta de pago” y otras irregularidades referidas a sus capacidades náuticas, no obstante lo cual el buque seguía prestando el servicio para el que había sido adquirido aunque estuvo detenido por las autoridades del Ministerio de Transporte Senegalés durante algún tiempo, inmediatamente antes de la tragedia que narramos.

 

En el que sería su último viaje el Joola salió de Dakar el 24 de Septiembre de 2002 llegando a Ziguinchor a las 13:00 del día 25.El día 26 a las 13:30 zarpó de Ziguinchor, fondeando en aguas de la isla de Carabane a las 16:30. A las 18:15 el “Joola” levó anclas y se dirigió a alta mar. Pasó la barra del río a las 18:55 y posteriormente puso rumbo a Dakar a unos 11 nudos de velocidad. A las 22:00 horas, aproximadamente, el radio reportó su posición y cerró escucha hasta la llegada a Dakar a las 07:00 del día 27

Pero a las 22:45 apareció en el radar un chubasco tropical procedente de la costa que alcanzó al Ferry hacia las 23:00 horas con fuertes chubascos de lluvia y viento y gran aparato eléctrico. Todo ello levantó una fuerte marejada con olas de hasta dos metros que el “Joola” recibía por estribor. En aquel momento la muchedumbre que abarrotaba las cubiertas superiores corrieron a guarecerse a la banda de sotavento amontonándose allí en su intento de acceder al interior del buque.

El sobrepeso en la banda de babor originó una escora hacia dicha banda que provocó que todo lo que no estaba trincado a bordo rodara hacia dicha banda, incluyendo pasajeros, carga y hasta dos camiones que se encontraban en la cubierta de vehículos y que, por supuesto, no estaban trincados, aumentando aún más la escora y originando que el buque perdiera su estabilidad y quedara quilla al sol (o a la luna)

Para agravar el desastre las balizas de localización no funcionaron y lo único que no debería haber ido sin trincar – las 22 balsas salvavidas – lo iban y tan solo una de ellas emergió. El resultado del desastre fue terrible: 1.863 víctimas y solo 65 supervivientes.


*Un relato de Fernando M. Cadenas

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